Cierta incertidumbre merodea todavía con respecto al comportamiento de la cepa delta. Por un lado, el avance de la campaña de vacunación siembra esperanzas, porque de acuerdo a los números oficiales cerca del 80 % de los argentinos mayores de 18 años tiene puesta una dosis de alguna vacuna contra el coronavirus. Por otro lado, los altos niveles de contagio del nuevo linaje generan preocupación, pues hasta el hartazgo los especialistas dicen que no se puede hablar de compromiso de eficacia sin el esquema completo.
En el ministerio de Salud de la nación, que conduce Carla Vizzotti, creen que la tercera ola llegará a la Argentina a fines de septiembre. Es decir que delta comenzará a circular comunitariamente dentro de un mes. Por el momento, hay circulación pero es acotada y sectorizada. En ningún lugar del mundo se ha visto que esta variante sea más grave. En cambio, sí se ha observado que es altamente contagiosa y que puede evadir el sistema inmunológico. Se sabe, además, que los contagios suceden entre quiénes no están vacunados, principalmente, y entre quiénes tienen solo una dosis. Pero con todas esas certezas, ni las autoridades ni los especialistas tienen realmente en claro qué va a pasar. ¿Cómo evolucionará la curva de contagios? "No lo sabemos. Depende de varios factores. El primero es que al menos el 70 % de la población esté vacunada con dos dosis de buenas vacunas, como Sputnik, AstraZeneca, Pfizer y Moderna", contesta Aída Torres, directora médica del Centro de Estudios Infectológicos y Vacunación de Tucumán (Ceivac).
Desgraciadamente, ante ese primer factor corremos en desventaja, apunta enseguida la infectóloga: "Sinopharm no es una buena vacuna, ni siquiera con dos dosis. Toda la gente que tiene Sinopharm necesita una tercera dosis. Su cobertura es baja". El segundo factor que incide en el impacto de la curva de contagios tiene que ver con los cuidados personales y el tercero con las restricciones que imponga el Estado, prosigue Torres. "El problema es que esta cepa tiene una altísima diseminación. Es probable que a fines de septiembre comience a circular. Quizás sea una semana antes. En una semana, esto estalla. Nos vamos a contagiar mucho y en muy poco tiempo", aprecia.
- Algunos estudios sugieren que a los dos meses de haberse colocado Pfizer y Moderna los anticuerpos caen un 20 %.
- Ese es un cuarto factor importantísimo: que cuando llegue delta, la gente aún tenga su sistema inmunológico sólido; que no hayan caído los anticuerpos. Lamentablemente, ya no tenemos garantías de que nuestra sociedad se encuentre en el ciclo alto de las defensas. Ha sido dispar la evolución de la campaña de vacunación. Algunas personas llevan largos meses con dos dosis y otras todavía no pueden completar el esquema. Nuestra situación es comprometedora. Los médicos nunca hemos dejado de atender casos de covid, aún en vacunados con dos dosis. Imagine lo que será cuando se disemine esta cepa.
- ¿Qué opina de las terceras dosis?
- Yo no era muy amiga de ese concepto. Pero los últimos datos nos están indicando que aparentemente una tercera dosis es necesaria debido a la caída de los anticuerpos, justamente. Lamentablemente, los argentinos estamos distantes de esa posibilidad. Pero no podemos hacer oídos sordos. La tercera dosis despierta la inmunidad que ha caído con el paso de los meses y aumenta la inmunidad en aquellos que no la habían generado. Hoy, me parece prudente.
- Su mirada sobre el impacto de esta cepa genera angustia.
- No hay que descuidarse. No hay que relajarse. Hasta que realmente no tengamos la tercera dosis, no podemos dejar de cuidarnos. Cuando esta variante circule, lo hará con todas las vicisitudes de un virus en una población como la nuestra, que no está correctamente vacunada y que no toma consciencia; uno ve gente amontonada en todas partes.
- ¿Cómo observa el futuro de esta pandemia?
- Las noticias son buenas. Las terapias con anticuerpos monoclonales parecen alentadoras. Me entusiasman porque permiten completar el sistema de defensas de las personas con enfermedades de bases. Además, habrá más vacunas. Seguramente el Gobierno dispondrá, el año que viene, de muchos sueros. Incluso se puede pensar en salir casa por casa. Además, la Universidad de Oxford y Japón están desarrollando antivíricos. Hay que esperar esos fármacos. Tenemos que aguantar este momento, que es el más difícil; especialmente en países pobres, como el nuestro, y en ciudades tan densamente pobladas, como las nuestras.
- ¿Cree que la cantidad de vacunados que tiene el país permitirá mantener a salvo el sistema sanitario?
- No. Nuestro sistema sanitario es precario. Funciona a fuerza de lucha permanente. Lucha por los insumos, lucha por las camas, lucha por enfermeros, etcétera. Además, desde hace casi dos años están aguantando los mismos. El que se enferma ahora, ingresa a un sistema de salud deteriorado. Los médicos están cansados. Los recursos son finitos. Por algo tenemos unos índices de mortalidad altísimos, en comparación con los de otros países. La mortalidad que estamos teniendo nos dice a las claras que nuestras terapias intensivas no son las que se requieren. No quiero presentar un panorama terrorífico, pero sí advertir que se deben extremar los cuidados.
Según los últimos registros sanitarios del Gobierno nacional, al día de hoy se superó el 60% de las personas mayores de 50 años con dos dosis. Es la pared de inmunidad que se pudo lograr hasta el momento. Ahora, apuestan a avanzar con rapidez en la vacunación de las franjas de edad que viene por debajo y en los adolescentes entre 12 y 17 años. De hecho, la infectóloga plantea preocupación ante la realidad de ese sector, todavía ajeno a las vacunas. "Las nuevas variantes son mucho más agresivas que el virus original. Eso produce una aceleración de los contagios. El grupo más afectado es el que sale de sus casas, a estudiar y a trabajar. Y aunque estas personas tengan síntomas leves o sean asintomáticas, contagian a otras", agrega.
La mayoría de las vacunas contra la enfermedad respiratoria que produce el covid deben administrarse en dos dosis. Pero varios estudios respaldan la idea de que ciertas combinaciones desencadenan una respuesta inmune similar o incluso más fuerte. A medida que se acumulan investigaciones, los países van volcándose hacia la tendencia de mezclar, debido a las faltas en los suministros. Torres también es partidaria de las combinaciones múltiples e insta a quiénes todavía no tienen los dos pinchazos a colocarse una marca diferente a la inicial, tal como ha sugerido el Gobierno nacional de modo voluntario. "Ante la urgencia, se puede vacunar perfectamente con AstraZeneca a quiénes recibieron Sputnik V", ejemplifica.
Finalmente, anima a a mirar lo que ha sucedido en otros países con respecto a delta: "circuló entre las personas no vacunadas. En menor medida, afectó a quiénes tenían una única dosis. Y prácticamente no se reportaron infecciones entre quiénes contaban con sus dos dosis".
Esta variante se identificó por primera vez en la India a finales de 2020. A mediados de 2021, se encuentra presente en cerca de 200 países. Estudios preliminares muestran una reducción en la efectividad de las vacunas de AstraZeneca, Moderna y Pfizer frente a casos sintomáticos con una sola dosis, pero ambas conservan altos niveles de efectividad frente a hospitalizaciones. Días atrás, el Instituto Gamaleya, el desarrollador de la vacuna rusa Sputnik V, aseguró que su fármaco tiene hasta un 90 % de eficacia con la nueva cepa con ambas dosis.
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